La Mujer sin Edad
 
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 La Mujer sin  Edad  
 
                                                           
 La enfermedad androgénica de la menopausia es una enfermedad común del envejecimiento que debe ser tratada en cada mujer

 Es una enfermedad universal que está implicada en todas las enfermedades del envejecimiento. Todos los métodos antienvejecimiento deben tener en cuenta la

 enfermedad androgénica de la menopausia. De lo contrario, fracasarán.

La enfermedad androgénica de la menopausia no puede tratarse con pastillas de testosterona en gel, inyecciones subcutáneas o implantes bajo la piel.

Tarde o temprano, a partir de los cuarenta años, cada mujer experimenta diversos trastornos: cansancio general, sobrepeso, problemas sexuales y urinarios, rigidez articular, problemas cardiovasculares, pérdida de memoria, irritabilidad y tendencia a la depresión. Estos problemas suelen tratarse incorrectamente con la "terapia hormonal sustitutiva clásica" (THS), que ha producido un aumento de las tasas de cáncer de mama, lo que ha dado lugar a demandas colectivas. Cada día, una mujer sana produce más hormonas masculinas que femeninas. Los trastornos de la menopausia se deben principalmente a una enfermedad fácil de diagnosticar: la enfermedad androgénica de la menopausia, que es el punto de inicio del envejecimiento sexual y de las enfermedades del envejecimiento. En 2015, en Madrid, el doctor Georges Debled presentó este tema en un congreso de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL). Fue la primera descripción de esta condición. Por lo general, la enfermedad androgénica de la menopáusica no es reconocida por los médicos. El trastorno androgénico de la menopausia tiene un inicio alrededor de los cuarenta años, a veces antes. Esa afección produce un descenso patológico de la producción de dihidrotestosterona, la potente hormona sexual, y, en consecuencia, un envejecimiento sexual que produce dolor durante el coito, cistitis, urgencia urinaria y falta de libido. Con el tiempo, la falta de andrógenos induce diabetes, colesterol alto y artrosis. La escasez de andrógenos también es la causa de la arteriosclerosis, que conduce a la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, los problemas auditivos y oculares, la depresión, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer. La prevención precoz de las enfermedades del envejecimiento es ahora una opción y debería ser una prioridad para todo aquel que quiera tener una longevidad saludable más allá de los ochenta años.